lunes, 2 de diciembre de 2013

Responsables...

Cada vez estoy más convencida de la importancia que tienen las acciones individuales, la importancia de las personas. Pensarás que es inútil tener cuatro contenedores de residuos en casa, molestarte en separar la basura y caminar dos manzanas para tirar el cristal cuando empresas privadas -y también la Administración Pública- vierten porquería al agua, a la tierra y al aire, cuando la burocracia hace necesarias siete copias de una misma instancia... Pero la sociedad la conformamos todos. Somos las personas, una a una, las que decidimos: el mal hacer de unos cuantos no puede repercutir en nuestra conducta. 

Quizá mi aportación sea tan pequeña como la tuya, pero debemos responsabilizarnos de nuestras acciones, para que quienes vienen detrás, todas esas personitas que aprenden con nuestro ejemplo, sean adultos responsables. Porque quizá alguno de ellos sea lo suficientemente importante para cambiar las cosas. Quizá mi aportación sea tan pequeña como la tuya, pero somos dos y es algo. Y entre todos somos muchos. Por eso, cada vez estoy más convencida de la importancia que tienen mis acciones y me responsabilizo de ellas, porque soy parte de esta sociedad y decido en cada momento cómo quiero que sea.

Algo que me parece que es muy importante es el tema de los residuos. Creo que no sólo debemos separarlos adecuadamente, sino que hemos de intentar reducirlos. Y eso es una labor personal. Además, me parece que debemos integrar la naturaleza en nuestros hogares, especialmente si hay niños, para que experimenten e interioricen los ciclos y procesos naturales, pero también por el simple hecho de disfrutar con el proceso y con el resultado. 

Así que, como no, tenemos un proyecto: un huerto urbano en la cocina. La idea es, utilizando una estantería, colocar contenedores para cultivar en cada balda y fluorescentes sobre ellos. No os voy a enseñar las fotos porque es bastante cutre (estamos con el primer modelo). El caso es que he encontrado este fantástico diseño del alemán Nils Ferber, que podéis acoplar en las conocidísimas estanterías Billy de Ikea: Parasite Farm. Como podéis observar en las imágenes cuenta con un contenedor y un dispositivo de iluminación. Al conjunto se le une una compostadora.

Para quienes no estéis familiarizados, el compostaje es el proceso de descomposición de los residuos orgánicos que se produce en presencia de oxígeno, llevada a cabo por una fauna muy variada, que va desde bacterias y hongos a un amplio abanico de macroinvertebrados. El resultado es el compost. Y la compostadora no es más que un recipiente con las características necesarias para realizar el compostaje. Tened en cuenta que, bien hecho, no tiene por qué producir olores.




Yo le encuentro un fallo al diseño y es que no me gusta que la tapa de la compostadora sea directamente la tabla de cortar.

Por si os interesa, Nils Ferber es un diseñador alemán de 27 años formado en la HFBK (University of Fine Arts) de Hamburgo y en la Design Academy Eindhoven.

"I study design because I belive in it's potential to alter reality. By presenting a design concept to someone you always show how things could be. That also implies to question why things are just as they are. Even when a new design concept is not realized and has no direct effects, it still opens up room for discussions and thoughts that stretches from status quo to the concept's fiction. Therefore I understand design as a tool to debate and create our future instead of just letting in happen".

Se me dibuja una sonrisa en la cara cuando pienso que otra forma de hacer las cosas es posible. Y lo es. Pero hemos de comprometernos con ello, cada uno en la medida de sus posibilidades.

Este diseño es una idea. Nosotros, sin saber de su existencia, estamos trabajando en algo parecido en casa. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario