viernes, 21 de enero de 2011

Reflexiones

Hace tiempo que vengo barruntando una idea. Definitivamente está ahí, pero no me atrevo a expresarla en voz alta. Es algo que me encuentro a diario y que, aunque me molesta, me reservo, porque no me gusta criticar y odio los conflictos.

No sé si habréis notado que durante unas semanas (no sé si ha llegado a dos, realmente ha sido una experiencia muy corta) he tenido anuncios en el blog. Era algo que mi novio me había "animado" a incluir y que no había llevado acabo porque para mí esto no es una forma de ganar dinero, porque se trata de un hobbie (pobre del que dedicándose a este mundo lo haga tan mal como yo), además de una herramienta estupenda de comunicación (independientemente de que nadie le importe mi opinión, que lo sé). Os diré que me arrepentí en el mismo momento en el que añadí los anuncios, pero los dejé por curiosidad, la verdad.

Sabed que en este tiempo el "contador" seguía en 0,00, así que satisfecha con el experimento, me he decidido a quitarlos, ya que afea bastante el blog. Imagino que es diferente que te "patrocinen" e incluso participar en "críticas" de determinados productos. Imagino que hará falta una dedicación mucho mayor al blog. Aunque ¿cómo medir la dedicación de una persona a un proyecto? En los blogs el indicador más representativo es el de "las visitas". Según las estadísticas de Blogger, en un día bueno las visitas pueden llegar a las 200, pero así como "espacias" las publicaciones, el número de visitas disminuye, obviamente. Alguna vez, he publicado más de dos post diarios, pero lo normal es que realice tres o cuatro publicaciones semanales como mucho. Normalmente intento que el contenido sea denso, eso de "Cocinas I", "Cocinas II" y "Cocinas III", me suena a intentar alargar lo máximo posible el número de publicaciones con un sólo tema. Puede tener sentido si es un proceso de transformación y vas mostrando la evolución, pero en un tema concluído (como lo pueden ser las vacaciones, una fiesta o una recopilación de fotos temáticas) me parece ridículo. Claro, que así te aseguras la visita y el contador sube.

Me está empezando a echar humo la cabeza. Mejor será que deje de pensar mal, además, cada uno a lo suyo. Era sólo una idea que me rondaba la cabeza.

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